Una especie difícil de observar por el hábitat que frecuenta (por encima de los 2.500 msnm), por sus hábitos nocturnos y por la relativamente poca cantidad de individuos. Se trata de la Lechucita Parda (Aegolius ridgwayi, Unspotted Saw-whet Owl); un pequeño búho, con presencia desde el sur de México hasta Costa Rica. En nuestro país, se le encuentra en «tierras altas de la Cordillera de Talamanca y Volcanes Irazú y Turrialba» (Proyecto Lechucita Parda, 2022).
También se le llama Lechucita de Alfaro, pues fue colectada inicialmente por el naturalista costarricense Anastacio Alfaro en 1903.
«La dieta se compone principalmente de pequeños roedores, musarañas e insectos grandes como escarabajos y polillas. Se les ha observado cazar a los roedores tanto en el suelo como en troncos mientras que a los insectos por lo general los cazan en vuelo y en ambos casos utilizan sus garras» (Proyecto Lechucita Parda, 2022).
Desde el año 2016, la lista roja de la IUCN la clasifica en riesgo de preocupación menor, pero la pérdida de cobertura boscosa, así como el relativamente poco exitoso proceso de anidamiento hacen pensar en un riesgo mayor.
La organización denominada Proyecto Lechucita Parda, se ha dado la tarea desde el año 2010 de monitorear e investigar esta especie como un camino hacia su conservación. En su página web se puede conocer cómo ayudar a este proyecto.
Fuente:
Proyecto Lechucita Parda. 2022, 24 de octubre. https://es.cerulea.org/uswoproject